miércoles, 2 de noviembre de 2011

"Decisión de La Naturaleza"

Decidí escribir sobre esto, porque necesito contarlo, mi cuerpo y mi mente me juegan sucio de vez en cuando y de alguna forma debo ir curando el dolor...
El 19 de Octubre en horas de la tarde, en una sala de ecografía más pequeña que un baño, oscura y fría, el doctor me muestra el monitor del ecógrafo y me dice -Señora, lo siento mucho, su bebé no tiene latidos- Los primeros segundos no los entendí, luego lloré, luego me hice preguntas, me culpe de la vida tan estresada que llevo, la sensación de vacío es espantosa, aterrorizante, que le diré a mi esposo, a mi hijo, ni siquiera podía vestirme...
Una amable enfermera me ayudó y me abrazó, quería que fuera mentira, quería que me dijeran que harían otra prueba, que podía haber un error, no podía comunicarme con nadie... a los minutos pude hablar con mi familia y luego mi esposo. Me sentía tan culpable... Al poco tiempo llegó el Ginecólogo quien me dijo: - Señora, cuando el producto es defectuoso la naturaleza es sabia y decide interrumpir el embarazo-... El producto....
Ese pequeño que crecía en mi vientre se había convertido en el producto...
Luego me explicó el simple procedimiento que harían para "inducir el aborto", el que no repetiré porque es sencillamente despreciable; y no deseo que se use con otras intenciones.
Lo más despreciable fue que después de eso no había dolor, ni malestar, como si nada hubiese sucedido en mi cuerpo. Mi pequeño fue retirado de mi vientre, sin vida, y mi cuerpo no reaccionó ante eso... Quería sentir dolor, quería que me duela todo, tanto que no pudiera caminar, quería sufrir en mi cuerpo para justificar el vacío que produce la pérdida de mi pequeño... Pensaba en aquellas mujeres que se provocan el aborto... y en lo "fácil" que fue que los médicos me retiraran su cuerpecito sin vida, sin que mi cuerpo experimentara dolor alguno.
Me cuesta mucho llorar cuando pienso en mi bebé ahora, pero sueño con bebés que no son mios en mis brazos, y cuando estoy sola lloro porque se me caen las cosas o porque no encuentro mis llaves.
La vida sigue, no se detiene, aunque a veces quisiera que así fuera, al menos lo suficiente como para poder llorar mi pérdida, pero no puedo porque tengo otro pequeño que necesita de mi y me necesita alegre y dispuesta.... a quien me aferro egoistamente pretendiendo que cubra mi dolor.
He decidido dejar de buscar explicaciones, así también me lo dijo el médico, fue una Decisión de la Naturaleza, sabia pero cruel...


Qué Dios te bendiga mi pequeño bebé!